Meses han pasado desde que abandonara mi segundo hogar, Laciana. Estar en mi planeta tiene la ventaja de que puedo mostrarme ante los demás con mi aspecto original, sin necesidad de disfraces para evitar ataques de pánico innecesarios. La alimentación también resulta mucho más llevadera, sin tener que comer animales muertos, muy típicos entre los platos de entre la sin embargo buena gente de Laciana. Aquí tenemos bosques, pero no son como los de Laciana. Tenemos montañas, pero no tienen el sabor de las de Laciana. Tenemos fauna, pero no tan rica y tan variada como la de Laciana. Tenemos inviernos con nieve, pero aquí no nieva como en Laciana.
No sé cuándo volveré a Laciana, mi tierra adoptiva. Lo que sé es que la echo de menos, aunque allí haya malos malísimos que se quieran hacer ricos destruyéndolo todo y sembrando cizaña. Pero bueno, malos también hay en mi planeta, y los hay en todas partes. Si no hubiera malos, no valoraríamos a los buenos, igual que no nos acordamos de la salud mientras la tenemos, y sólo la valoramos cuando estamos enfermos.
Concluyo, que conectarse a internet con la Tierra desde 450 millones de años luz de distancia sale por un ojo de la cara.
Amigos lacianiegos, desde un rincón del Universo, os quería desear Felices Fiestas, (o lo que quede de ellas para cuando este mensaje llegue hasta allí).
Y nos olvidéis de luchar por lo vuestro, que no tiene precio. Tenéis más de lo que tiene la mayoría de los terrícolas, y es vuestro deber protegerlo, y por supuesto, disfrutarlo.
Feliz 2010 en los pueblos de Laciana