Laciana al revés. Éste es un blog de fantasía sobre un mundo que no se corresponde con la realidad, pero cuyos contenidos muchos lacianiegos desearíamos que fueran ciertos.

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Felices Fiestas, lacianiegos



Meses han pasado desde que abandonara mi segundo hogar, Laciana. Estar en mi planeta tiene la ventaja de que puedo mostrarme ante los demás con mi aspecto original, sin necesidad de disfraces para evitar ataques de pánico innecesarios. La alimentación también resulta mucho más llevadera, sin tener que comer animales muertos, muy típicos entre los platos de entre la sin embargo buena gente de Laciana. Aquí tenemos bosques, pero no son como los de Laciana. Tenemos montañas, pero no tienen el sabor de las de Laciana. Tenemos fauna, pero no tan rica y tan variada como la de Laciana. Tenemos inviernos con nieve, pero aquí no nieva como en Laciana.

No sé cuándo volveré a Laciana, mi tierra adoptiva. Lo que sé es que la echo de menos, aunque allí haya malos malísimos que se quieran hacer ricos destruyéndolo todo y sembrando cizaña. Pero bueno, malos también hay en mi planeta, y los hay en todas partes. Si no hubiera malos, no valoraríamos a los buenos, igual que no nos acordamos de la salud mientras la tenemos, y sólo la valoramos cuando estamos enfermos.



Concluyo, que conectarse a internet con la Tierra desde 450 millones de años luz de distancia sale por un ojo de la cara.

Amigos lacianiegos, desde un rincón del Universo, os quería desear Felices Fiestas, (o lo que quede de ellas para cuando este mensaje llegue hasta allí).

Y nos olvidéis de luchar por lo vuestro, que no tiene precio. Tenéis más de lo que tiene la mayoría de los terrícolas, y es vuestro deber protegerlo, y por supuesto, disfrutarlo.

Feliz 2010 en los pueblos de Laciana




miércoles, 29 de julio de 2009

Vacaciones

Pues sí, hombre, en mi planeta también nos dan vacaciones. El problema es compaginar el calendario anual de allí con el de aquí, porque allí el año dura unos 530 días de los de aquí, y la cosa no va por meses de vacaciones o por quincenas, como aquí es lo habitual. Pero bueno, es largo de explicar y no viene a cuento en un blog como éste, dedicado al disparate y a la ensoñación de un hipotético (aunque sobre el papel factible) valle de Laciana.

Me voy a mi planeta de vacaciones. No voy a poder ir al encuentro de blogueros de María del Roxo en el Lejano Oeste, aunque mucho me pesa. De todas maneras, no
me llegó el traje de humano que tenía pedido a mi planeta, después de que me robaran el que tenía tendido al sol a la puerta de casa, así que tampoco hubiera podido ir con estas trazas de alienígena.



Allí en mi planeta somos muy relajados y no tenemos un concepto del tiempo como tenéis vosotros los terrícolas. Así que aún no sé cuándo volveré. Quizá dentro de una semana, un mes o tres meses. ¡Qué más da! Mi aportación a la difusión de las barbaridades que el empresario minero Victorino Alonso y los políticos que tiene en nómina han hecho en la comarca ha sido poca, pero es un granito de arena que antes no estaba en el pequeño montón de tierra que poco a poco va creciendo últimamente. Somos cuatro gatos contra cinco leones, pero menos es nada. En el tiempo que he pasado en Laciana he conocido a bravos luchadores, héroes que se juegan el tipo sin esperar ningún tipo de recompensa en pago a sus sinsabores. Simplemente desean que su tierra, de la que han marchado ya la mitad de sus habitantes, sea un lugar donde se pueda vivir. Quizá sus hijos tengan que emigrar a otros lugares a buscar trabajo, como está teniendo que hacer la mayoría de los hijos de los lacianiegos. Pero si alguno puede quedarse, que por lo menos pueda seguir disfrutando del ruido del viento en los árboles, del canto de los pájaros, de la presencia invisible pero reconfortante del oso pardo, o del silencio de este valle, últimamente desgarrado por las explosiones de la dinamita y los rugidos de las máquinas en las minas a cielo abierto.

Hasta cuando tenga que ser.

Un saludo

miércoles, 1 de abril de 2009

Estación Biológica de Laciana


Se recuerda a los lectores de este blog, por si no lo han percibido, que las entradas aquí escritas son inventadas y algunos datos no corresponden a hechos ocurridos en la vida real.

Los valores ecológicos del valle de Laciana es algo que nunca ha estado en entredicho. Mientras el oso agonizaba en la mayor parte de la cordillera Cantábrica, Laciana aún conservaba ejemplares. Sus bosques resistieron el envite del ser humano, que respetó algunos de sus relictos robledales y abedulares. La codicia de Victorino Alonso dejó de lado la mitad sur del valle, donde no hay carbón (si lo llega a haber, no quedaría un solo árbol, vive Dios). Tras el enjuiciamiento de este delincuente minero por algunas de sus múltiples causas pendientes, la paz fue regresando tímidamente a la comarca. Las insidias y venenos que sembró durante tantos años el empresario de la muerte tardaron en ir saliendo a la superficie y evaporándose. Pero ya vuelve a haber buen ambiente en el valle. Los lacayos del Monstruo se notaron sin apoyos y mirados como merecían, esto es, como alimañas, y terminaron marchando lejos de aquí. No volváis nunca.

Laciana se ha abierto al mundo. A otros mundos. Los lacianiegos han empezado a creer en sí mismos. Se han dado cuenta, por fin, de que Laciana será lo que ellos quieran, ...y nadie más que ellos. Los frutos de este llevar la cabeza alta no podían tardar en madurar. Laciana es hoy en día un referente a nivel nacional en cuanto a conservación del medio ambiente. Queda mucho camino que recorrer, y muchas heridas que restañar, tanto paisajísticas como humanas.


En los próximos meses, Villaseca de Laciana va a recibir las instalaciones de la flamante Estación Biológica de Laciana, donde trabajarán de forma permanente catorce investigadores. El centro generará algún empleo más, en tareas de mantenimiento, pero no es este número de puestos de trabajo (ocupados por forasteros en su mayoría, en el caso de los investigadores), lo más importante de este proyecto, sino el prestigio añadido que, de forma geométrica, irá adquiriendo Laciana. El director de esta estación biológica será el prestigioso naturalista Alberto Fernández Gil, uno de los mayores expertos en el oso pardo, y también uno de los biólogos más reconocidos de España.


Para la construcción de la Estación Biológica de Laciana se habilitarán las antiguas instalaciones del Grupo Lumajo de la MSP en Villaseca de Laciana, abandonadas desde los primeros años del milenio, y que sufrirán una completa transformación para su adecuación al nuevo uso. Con este nuevo complejo de investigación de la flora y fauna, Laciana se situará a la vanguardia de la cordillera Cantábrica, no sólo ya por sus valiosísimos ecosistemas, sino también por las ventajas que éstos obtendrán de la proximidad de la estación biológica.

Fotografías:
- Laguna del Castro, en Villaseca de Laciana, próxima a la futura Estación Biológica de Laciana
- Bosque entre Villaseca y Lumajo
- Cascada junto a Villaseca


miércoles, 4 de febrero de 2009

Centro de Retiros La Corradina

Se recuerda a los lectores de este blog, por si no lo han percibido, que las entradas aquí escritas son inventadas y algunos datos no corresponden a hechos ocurridos en la vida real.

Hace tan sólo un par de décadas, la disciplina del yoga, esa técnica milenaria originaria de la India, tenía para el ciudadano medio connnotaciones de secta. Hoy, en cambio, cientos o quizá miles de centros (incluso gimnasios) en España ofertan clases de yoga, así como otras variantes que pr
oceden de la mezcla con otras técnicas. En cambio, en el valle de Laciana, hasta hace bien poco, aquellos interesados en este sorprendente camino para sanar el cuerpo y la mente, debían desplazarse hasta Ponferrada para poder recibir clases.


Teresa María, joven lacianiega, descubrió ella misma esta carencia cuando, hace unos años, decidió probar la técnica del yoga, cuya práctica un vecino que abandonó Madrid para recalar en el valle había traído consigo. Para ello tuvo que desplazarse hasta Ponferrada día tras día, tarea tan agotadora, que decidió que había que ponerse manos a la obra y plantarle cara a un vacío como éste. Después de un par de años de realizar cursos de perfeccionamiento y de profesores de yoga, Teresa María consideró que estaba ya preparada, cuando menos, para enseñar de manera básica el yoga a sus vecinos de Villablino.

Para ello, y gracias a las hábiles manos de su marido Vitín, rehabilitó
una casa familiar situada en el barrio de La Corradina (República Independiente de La Corradina, según sus aguerridos pobladores), para convertirla en el primer Centro de Retiros de espiritualidad y técnicas de crecimiento personal no sólo de toda la comarca, sino también uno de los primeros de la provincia de León. Durante la semana, Teresa imparte clases básicas de yoga físico una hora por la mañana y otra por la tarde, más una hora semanal de yoga para niños, su especialidad más mimada. Los fines de semana, puentes y vacaciones, diferentes grupos y profesores de toda España acuden al centro para realizar cursos de las más variopintas técnicas de crecimiento personal, desde tai-chi, yoga Iyengar y Astanga, Reiki, terapia craneosacral, Biodanza, diversas técnicas de meditación, etc.

El centro dispone de diez plazas, cocina de uso libre para algunos grupos y atendida por Teresa en otros, un espacio al aire libre para pasear y ejercitar cuando el tiempo lo permite, y un huerto ecológico del que salen los productos que luego se sirven a los participantes de los cursos. La casa, cumpliéndose así uno de los sueños de Vitín, es totalmente ecológica, y además de las placas solares perfectamente integradas en el tejado y en lugares del recinto que no causan impacto visual en el barrio ni en el conjunto del centro, se nutre también de energía a través de pequeños aerogeneradores que, de bien situados que están, me costó localizar si no hubiera sido advertido de su existencia.

- Eustaquio: Cuéntanos, Teresa María, de modo global, cómo es un mes de vuestro trabajo en el Centro de Retiros de La Corradina.
- Teresa María: durante la semana, llevamos una vida bastante relajada, ya que sólo tenemos las dos horas de yoga físico, la de los niños que es de horario flotante según lo acordemos entre todos, más una hora de yoga mental los viernes por la tarde si no hay cursos de fin de semana, y los jueves cuando los hay. Algunos fines de semana que el centro está disponible, organizo cursos de cocina vegetariana que, a pesar de que ésta es una comarca donde se consume mucha carne, han tenido gran aceptación, porque se ha corrido la voz de que la comida que hago está muy buena (ríe).
- E: Parece que por aquí pasa, e
n términos generales todo el elenco de terapias y técnicas de crecimiento personal ofertados en nuestro país. ¿no es así?
- T.M: Así es. Precisamente este fin de semana nos llega un grupo cristiano de Valladolid que ya es la cuarta vez que viene este año. M
e comentaba el padre benedictino que lo conduce, que los bosques de Laciana les transmiten mucha paz. Luego aprovecho siempre que puedo y participo, en el tiempo que me queda libre tras atender las tareas del centro, en casi todos los cursos y algunos retiros que se hacen. Y se aprende mucho. Además, todas las técnicas persiguen el mismo fin: conseguir más armonía interna, más paz, más conocimiento, por lo que tienen muchas cosas en común entre sí.
- E: Hay otro punto que te que
ría consultar, Teresa, el de que también os desplazáis a la naturaleza realizando paseos y otras actividades.
- T.M: Sí, Laciana es un lugar fantástico para caminar, disfrutar de la naturaleza y respirar aire puro. Hay un grupo que suelo llevar a La Devesa de Sosas que promulgan precisamente el contacto directo con esos grandes sabios que son nuestros árboles. Si alguna vez te encuentras diez personas abrazadas a diez árboles por ahí, esos han desayunado aquí esa mañana (ríe de nuevo). Además, antes de profesora de yoga, obtuve un título de monitora de aire libre, aunque no tuve mucha ocasión de estrenarlo entonces. Ahora sí, y dentro de muchos cursos de los que albergamos aquí, se incluye, por indicación mía, algún paseo por nuestros bosques: Devesa de Caboalles, Rioscuro, Rabanal...
- E: Me comentaba Vitín que está convencido de que en una vida anterior fuiste sargento de La Legión. ¿Es necesario tener tanto temperamento para dirigir un centro de este tipo?

- T.M: (Estalla en risas). Qué va. Vitín está molesto porque le reñí esta mañana cuando descubrí que los caracoles se habían comido casi todos los repollos que había en el huerto y porque estoy todo el día encima de él para que termine de acondicionar el ático. Ya le he advertido de que si no lo tiene acabado el mes que viene, lo echo de casa (vuelve a reir). No, la gente que viene aquí viene a relajarse, y nunca, nunca, hemos tenido ningún problema con ellos. A pesar de que, por ejemplo, cuando se hacen retiros de diez días de meditación vipássana, que son casi como una operación del cerebro, a los pobres alumnos les salen todos los demonios de dentro.
- E: Estamos en una de las zonas mineras más importantes de España. Ello trae consigo que una gran parte de la población arrastre problemas de espalda derivados del duro trabajo en la mina. He oído que cada vez más antiguos mineros están viniendo a las clases de yoga.

- T.M: Sí, el yoga no es milagroso, pero practicándolo con asiduidad aunque sólo sea un par d
e horas a la semana, se obtienen grandes beneficios a medio plazo. No sólo las distintas posturas estiran y relajan los músculos, eliminan tensiones acumuladas no sólo en el trabajo sino a lo largo de la vida diaria, sino que los ejercicios de relajación específicos actúan sobre la mente, que es el principal generador de tensiones en la musculatura y en las articulaciones. Tenemos ahora mismo un alumno que está operado de hernia discal y que, tras varios meses de asistencia a clase, ha notado mucho alivio.
- E: Por tanto, ese absurdo tópico de que el yoga es cosa de mujeres, ¿aquí se está cayendo por su propio peso?
- T.M: Claro, mucha gente cree que el yoga es como el step o el aerobic, pero eso no es así. Aquí ni ponemos música ni cimbreamos las caderas (ríe sonoramente). Siempre hay una ma
yoría de mujeres, pero como en casi todo lo relacionado con la espiritualidad y las técnicas de crecimiento personal. No me preguntes por qué, porque no lo sé.

Dejamos a Teresa María, que parte para atender a un grupo recién llegado desde Granada que viene a un retiro de budismo tibetano para los próximos siete días. Mientras, la sargento Dama Legionaria frunce levemente el ceño al oir los martillazos que proceden del ático, donde suda el resignado Vitín.


jueves, 22 de enero de 2009

El Monte Barroso, Bosque del año


Se recuerda a los lectores de este blog, por si no lo han percibido, que las entradas aquí escritas son inventadas y algunos datos no corresponden a hechos ocurridos en la vida real.

Rioscuro de Laciana y Laciana en su conjunto están de enhorabuena. La organización Bosques sin Fronteras ha concedido este año el premio de Bosque del año al Monte Barroso, ese fantástico bosque mixto situado entre las localidades de Rioscuro y el Villar de Santiago, aunque perteneciente enteramente al primero de ellos.

En el Monte Barroso encontramos desde un bosquete de hayas, pasando por los muy abundantes robles y abedules, a algunos de los mejores tejos de la península Ibérica, así como todas las demás especies habituales del bosque caducifolio. Hay que tener en cuenta también que el pueblo de Rioscuro ha visto así recompensada su labor de conservación durante tantos años. Recordemos que a Brañarronda y la Braña de las Murias, las dos brañas en el interior del monte, el acceso rodado sólo está permitido a los propietarios, lo que ha contribuido en gran manera a mantener a una cierta distancia el deterioro intrínseco que la edad del vehículo de motor ha traído a todos los montes de nuestra cordillera.

Laciana ha vuelto a demostrar que desde que la protección del medio ambiente -su principal potencial- ha calado en sus dirigentes como el camino a seguir, el límite sólo está en el cielo, y casi todo es posible. De momento, este prestigioso galardón servirá para vender aún más la imagen de nuestro valle como lo que siempre fue pero estuvo a punto de dejar de ser: un paraíso.


martes, 13 de enero de 2009

Empresa de recogida de contenedores de escombros

Se recuerda a los lectores de este blog, por si no lo han percibido, que las entradas aquí escritas son inventadas y algunos datos no corresponden a hechos ocurridos en la vida real.

De casi todos los lacianiegos es conocido el desazón que durante un tiempo produjo en la comarca el vertido incontrolado de escombros y otros restos incluso tóxicos que la empresa Exmivasa estaba realizando con la mayor de las pachorras, desoyendo incluso la voz de protesta de un pueblo entero, como fue el caso de la Comisión de Vecinos de Caboalles de Arriba.

Pero la obstrucción del Camino Real de Caboalles a su paso por Los Qu
iñones no era el único vertedero improvisado que esta empresa tenía en el valle, porque sus camiones rápidamente encontraron otros puntos donde depositar absolutamente de todo.

Es obvio que alguien tiene que ejercer la tarea de recogida de escombros de obra para darles una salida. Es lógico que tenga que haber algún lugar asignado como vertedero, para elementos que no son reciclables. Y sería una insensatez pretender que todo esto deje de e
xistir. Pero hay que seguir un protocolo y hay que evitar perjudicar a los vecinos o al medio ambiente. Ello es posible, pero tiene un coste más elevado y genera unos beneficios menores que cuando los vertidos se hacen a la buena de dios en cualquier reguero o rincón escondido. Porque se desconoce los efectos que elementos tóxicos pueden producir a medio o largo plazo en el entorno del vertedero donde se han depositado o incluso en los acuíferos y manantiales cercanos. Con la salud de la gente no se puede jugar, pero para ello hace falta tener unos básicos principios éticos, que parece que la empresa Exmivasa no parecía poseer.

Y aunque los residuos no sean claramente tóxicos, simplemente por una cuestión de orden y de estética no se puede habilitar un vertedero en el primer sitio que a uno se le ocurra. Está en juego lo más valioso del valle
de Laciana, que es su paisaje, y ese precio tan alto no se puede pagar habiendo otras alternativas saludables.


Fruto de este enfado bastante generalizado surgió una idea de un grupo de amigos, que fue gestándose hasta convertirse en una realidad: la creación de una pequeña empresa de recogida de contenedores de obra por tres vecinos de Laciana. Un proyecto de poco presupuesto, con muchas energías, ganas y sin un afán de enriquecimiento. Senén Gutiérrez, uno de sus creadores, nos cuenta que "ya estábamos hartos de tanta chulería, no podía ser que estos señores nos llenaran el valle de porquería donde les viniera en gana y que encima ni nos escucharan cuando les pedíamos cuentas. Nosotros no buscamos hacernos ricos con esto. Lo que se gane, bien ganado está, pero estamos siguiendo todos los pasos que exige una tarea de estas características, empezando por contar con un vertedero que cumpla con todas las normativas. Además, no hemos destruido empleo porque algún conductor de Exmivasa ahora trabaja con nosotros, y mucho más contento."

Según Luis Álvarez, otro de los socios emprendedores, "la gente está contenta con nosotros, pagan algo menos de lo que pagaban a Exmivasa, y saben que los materiales que nos dan no van a perjudicar al valle ni son una amenaza para la salud de sus hijos en el futuro. De momento llevamos ya unos meses funcionando y nos da para vivir. No pretendemos comprarnos un Ferrari y por eso vivimos tranquilos, hacemos las cosas bien y nos vamos a la cama por la noche con la conciencia muy tranquila. Que eso es muy importante."

Primera fotografía: un camión de Exmivasa vertiendo sin permiso restos de obra, como uralita, altamente tóxica

Segunda fotografía: detalle del mismo vertedero, que como se ve no son simplemente desechos de obra. (pulsar en las imágenes para ampliar).


miércoles, 7 de enero de 2009

Apertura de la Escuela de Teitadores

Se recuerda a los lectores de este blog, por si no lo han percibido, que las entradas aquí escritas son inventadas y algunos datos no corresponden a hechos ocurridos en la vida real.

Hace unos días finalizó la construcción de la primera escuela de teitadores de la que se tiene noticia en la cornisa cantábrica. Esta iniciativa se desarrollará en las dependencias de una antigua casa abandonada de Caboalles de Abajo, restaurada para la ocasión con especial buen gusto.

Como casi todos sabréis, antiguamente la mayor parte de las construcciones, tanto viviendas como hórreos o brañas, tenían el techo de paja de centeno, o en el caso de algunos chozos en el monte, de escoba. Apenas quedan ya algunos ejemplos, como los hórreos de Sosas de Laciana, Rabanal de Arriba, Villager de Laciana, Caboalles de Arriba o Lumajo, y alguna cabana en las brañas de Cubaxo o en las de Sosas.

Tenemos el ejemplo de las brañas de la Pornacal, en Somiedo, por indicar sólo uno de los lugares donde se conservan cabanas con techo de paja en el concejo, que es un referente a nivel nacional para el turismo, simplemente por ese detalle. Curiosidades como ésta no han pasado desapercibidas al ojo atento de algunas personas con intuición, mientras que en otros lugares, como Laciana, parece que
nadie hasta ahora se había planteado las posibilidades que un elemento tradicional como éste podrían tener de cara a la revitalización de la comarca. Pero afortunadamente, las cosas están cambiando.

Eufemiano García, teitador de la localidad leonesa de Burbia, en la sierra de Ancares, es uno de los últimos de esa estirpe que ha estado a punto de extinguirse para siempre. Porque cuando un oficio que se ha transmitido durante siglos de padres a hijos toca a su fin, cualquier intento posterior de recuperación siem
pre carecerá de tantos y tantos detalles, trucos y conocimientos que sólo el día a día en el trabajo de toda una vida permite aprender, y que además se han visto reforzados por las experiencias previas de ese mismo día a día de todas las generaciones anteriores, que se encargaron de enseñarlos a sus hijos o discípulos.

Es precisamente Eufemiano el teitador responsable de la enseñanza de los cursos que se van a comenzar a impartir el próximo otoño en Caboalles de Abajo. Los cursos están clasificados
en dos niveles, uno de aprendizaje, de tres meses de duración, y otro de perfeccionamiento, de cinco meses. Según el propio Eufemiano "tres meses sólo dan para adquirir unos conocimientos básicos, pero no dan para conocer a fondo el oficio". Los cursos de iniciación comienzan en septiembre y enero respectivamente, mientras que el curso de perfeccionamiento transcurrirá entre los meses de abril y julio, ambos inclusive. Inicialmente, las plazas para el primer curso serán quince, ampliables en número posteriormente si la demanda aumenta, lo que también obligaría a contar con el concurso de algún teitador auxiliar. De momento, están casi todas las plazas cubiertas para el primer curso, a cuatro meses vista, incluido un alumno procedente de Irlanda, mientras que la mayoría proceden de la propia Laciana y el resto de las comarcas del entorno.

No se pretende con la creación de esta escuela que se abandone el uso de la losa de pizarra para techar las edificaciones, que sería claramente un atraso, sino que se conserven los conocimientos de este ancestral oficio, y que se puedan aplicar a los elementos que aún mantienen este tipo de cubierta, o a la creación de otros nuevos, con fines decorativos o turísticos, dado el creciente interés que existe entre los visitantes de este extremo de la cordillera Cantábrica hacia las construcciones con techo de teito.

Datos personales

Mi foto
Voy a sincerarme: yo, en realidad, procedo de un planeta habitado más allá de la Galaxia de Poseidón, que nosotros llamamos Tyugjerk. Llevábamos ya un tiempo monitorizando la evolución del valle de Laciana, del que estaba haciendo una tesis doctoral, pero hemos decidido actuar viendo que la cosa estaba alcanzando unos niveles desquiciantes. Por eso fui teletransportado a Caboalles de Arriba.

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